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MANCHARSE ES UNA PERDIDA DE DIAS DE CLASES PARA MUCHAS NIÑAS Y ADOLESCENTES DE CHACO

Una de cada 10 adolescentes falta a clases y finalmente abandona sus estudios debido a problemas relacionados con la menstruación.

Investigando las diferentes necesidades que necesitan las niñas, adolescentes o mujeres de la Provincia de Chaco (Argentina) que cursan la etapa educativa, llegué a la conclusión de que existe una pérdida de educación por falta de toallas femeninas para la higiene propia. Las cifras del Ministerio de Educación de Chaco revelan que una joven en la escuela primaria pierde 18 semanas del total de 108 semanas de estudio en el año durante su menstruación. En los cinco años de la enseñanza secundaria la misma joven pierde 156 días de aprendizaje, equivalente a casi 24 semanas.

Las jóvenes no deben seguir utilizando trapos viejos, toallas, papel de sus textos escolares o incluso hojas para absorber el sangrado. Es fundamental eliminar obstáculos como la inaccesibilidad a la protección sanitaria y los comentarios sociales relacionados con la menstruación, especialmente en estas instituciones que forman parte de todos los días.

La situación se agrava cuando se presenta la existencia de malas instalaciones sanitarias que les impiden mantener una buena higiene, la inexistencia de programas de educación sexual ​​en las escuelas, donde deben enseñarles a los adolescentes de ambos sexos sobre la pubertad y la higiene menstrual. También, deberían buscar la forma de satisfacer las necesidades de todas. Como solución, el Estado debería mantener un precio fijo para las toallas de higiene femenina y así no generar que entre las marcas exista una competencia, en la cual, los costos de las mismas terminan siendo elevados. O tomando en cuenta la existencia de higiene gratuita.

En este 2020, se propuso una nueva gestión de la higiene menstrual. Esta avala que la educación es un derecho humano fundamental intrínseco que cumple la función de medio indispensable para la realización de otros derechos humanos, en el entendido que el desarrollo de las potencialidades humanas es una herramienta decisiva para el acceso pleno a la ciudadanía y el desarrollo de las sociedades. El acceso a información, preparación y asistencia adecuadas para poder manejar el periodo menstrual de una manera saludable, segura y digna, en la etapa escolar es imprescindible. En Argentina, Unicef celebró el Día Internacional de las Niñas con un conversatorio en el que se divulgaron los resultados de una investigación en la que se analizó la situación del manejo de la higiene menstrual (MHM) de las niñas en el entorno escolar, ya que se considera un tema y una situación poco explorada en provincias como Chaco, Chubut y Jujuy. La investigación, realizada por primera vez en Chaco, planteó líneas de trabajo que puedan implementarse en los ámbitos escolares, comunitarios y familiares, y que conlleven a la transformación positiva de las prácticas y el manejo adecuado de la higiene menstrual en las niñas y adolescentes en edad escolar.

Según Unicef, los problemas relacionados con la menstruación pueden afectar negativamente el desarrollo y las experiencias de aprendizaje de las niñas adolescentes, reflejadas en ausentismo, distracción, reducción en la participación en clase y pérdida de autonomía. “El inadecuado manejo de la menstruación puede afectar la salud, dignidad y privacidad de millones de niñas y mujeres. Este tema lucha contra el estigma y la discriminación de género”, señala la investigación.

Se permitió determinar que los cólicos menstruales son la principal razón de ausentismo escolar, según el 86 % de las jóvenes que participaron en la encuesta. El 40 % de las adolescentes aseguraron que cuando están menstruando disminuye su concentración, mientras que el 38.8 % prefiere no pasar al pizarrón, por incomodidad o temor a que exista algún manchado.

“Nuestro interés es que las niñas y adolescentes cuenten con los conocimientos, apoyo y recursos para manejar de forma adecuada la menstruación en la escuela, sin afectar su autoestima y confianza, ni limitar su desarrollo integral”, comentó Luisa Brumana, representante de Unicef en Argentina.

La insuficiente información al momento de la menarquia, el dolor, precario acceso a baños, agua y materiales absorbentes, sumados a los prejuicios existentes, hacen que la menstruación se experimente con pena y ocultamiento. Todo esto incide sobre el ausentismo a clases y en el fortalecimiento de prejuicios entorno al “ser mujer”. La inequidad en niñas y adolescentes, derivados de las construcciones en torno a la menstruación, pasa desapercibido por las escuelas, familias, entidades y funcionarios encargados de la gestión de políticas públicas.

Las construcciones sociales y culturales sobre la menstruación en los municipios estudiados conllevan a su configuración como experiencia negativa, lo cual genera y refuerza tabúes en torno a la menstruación, que se materializan en situaciones de inequidad, estigma y discriminación para niñas y adolescentes. En este contexto es fundamental el trabajo comunitario, así como el diseño de políticas públicas para la provincia y acciones para fomentar la equidad de género.

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