Se desató un incendio en el sótano de una perfumería. Mientras apagaban el fuego, se produjeron dos explosiones, la última con los bomberos dentro.
La detonación, que tuvo lugar por la presencia de productos combustibles en el local de perfumería ubicado en la planta baja, sorprendió a los bomberos de la Estación 6ta de la Ciudad y a los médicos del SAME que estaban trabajando en el lugar. La potencia de la explosión destrozó los cristales de la vidriera y de la parada de colectivos que estaba más próxima y los arrojó varios metros hasta la vereda opuesta sobre la avenida Corrientes, en las puertas de la tradicional Galería Galecor. El último parte consignó que seis bomberos resultaron heridos y fueron trasladados a los hospitales Fernández, Durand, Churruca, Zubizarreta e Instituto del Quemado.
En pleno operativo de rescate, Alberto Crescenti, titular del servicio de emergencias, contó: “La primera explosión tomó a seis bomberos. Cuando estábamos atendiendo a los heridos, nos agarró una segunda explosión. Fue muy violenta. Recibimos muchos impactos de mampostería. Por suerte nacimos de nuevo”. Tanto los vecinos del edificio como los residentes de las viviendas aledañas fueron evacuados de la zona por el peligro de que ocurriera nuevas explosiones. También se interrumpió el tránsito sobre la avenida Corrientes durante algunas horas.
Lla primera explosión en la perfumería se dio poco antes de las 17:00 de aquella fatídica jornada. Se estima que la zona donde se produjo el fuego contaba con material altamente inflamable. Poco después y cuando ya estaban presentes varias ambulancias del SAME para atender a los bomberos heridos, se produjo la segunda explosión. Ese mismo suceso fue aún más grave y terminó, como se dijo, con la muerte de 2 bomberos.
Cuando caía la tarde, Daniel Gómez, de 53 años, el encargado del edificio situado encima del local Pigmento, en el barrio Villa Crespo, conto lo que vio en el momento de la explosión: “Ahí fue cuando vi a un bombero salir del local con la mano en carne viva, le colgaba un pedazo de piel desde la muñeca. Nunca vi algo igual, Había que sacar a la gente del edificio. Subí y con la ayuda de un policía logramos evacuar a todos los departamentos en 10 minutos. Pero cuando bajamos pasó lo peor. Cada vez había más camiones de bomberos y más ambulancias. Me apoyé contra una pared a dos metros del local y un ruido me aturdió. Tembló todo. Y en un segundo vi a un bombero volar por el aire”
También comentó la última explosión: “Cruzó Corrientes volando y cuando cayó por la velocidad que tomó con el empujón del estallido, el cuerpo pareció chapotear por la vereda, describió todavía asombrado por lo que había vivido. Después, al instante, salió un lengüetazo de fuego, una llamarada. Fue algo de no creer”
Para la próxima estos lugares donde se manejan productos con alto riesgo de incendio deben ser revisados 1 vez al menos por mes para que todo quede bajo control.
Joaquín Nogueira
Comments