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El uso de tablets y móviles lleva a niños de 10 años con insomnio

Cambian los peluches y muñecos por tablets y móviles como compañeros de sueño, aunque con resultados mucho más negativos. El denominado insomnio tecnológico está empezando afectar a los más pequeños. Y es que hasta las unidades del sueño de distintos hospitales de la provincia comienzan a llegar niños de 10 o 12 años con verdaderos problemas para poder dormir.

Antes no veíamos niños ni adolescentes en la consulta y ahora la media es de unos cuatro al

mes, aunque calculamos que hay muchos más porque a los padres les cuesta darse cuenta de que

sus hijos tienen un problema de insomnio», explica Paula Giménez, responsable de la Unidad del Sueño de la Clínica Vistahermosa.

«WhatsApp», redes sociales, juegos... Los menores utilizan estos dispositivos hasta el mismo momento en el que se meten en la cama, lo que a juicio de los expertos es lo menos aconsejable.

«El problema es la luz artificial que emiten estos dispositivos, que actúa suprimiendo la melatonina y por lo tanto alterando el ritmo circadiano del sueño. Es decir, aun cuando desconectan, tardan mucho tiempo en dormirse

«Lo ideal sería que, por lo menos una hora antes de meterse en la cama, se desconectaran de todos estos aparatos y se relajaran, por ejemplo, leyendo, lo que se ha hecho toda la vida».

También para esta neurofisiología del Hospital General lo que están viendo en las consultas

es sólo la punta del iceberg. «Al mes atendemos a unos tres o cuatro adolescentes y siempre vienen por otra cosa. Es cuando comienzas a rascar y a preguntar por sus hábitos cuando ves adolescentes que han perdido el curso escolar por este problema. Es el caso del Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy. En este centro realizaron un estudio sobre los hábitos del sueño en los menores de la comarca. En cuanto a los hábitos que debería seguir todo niños y adolescente, los profesionales lo tienen claro. Un problema que ya está llegando a las aulas. El insomnio tecnológico está además agravando otros trastornos propios de la adolescencia, como el denominado retraso de fase.

La luz que emiten los teléfonos, tablets y otros dispositivos es la culpable de que provoquen insomnio.

Esta luz, especialmente la blanca azulada, «va directamente a través de la retina a las células cerebrales que regulan el sueño, impidiendo que fabriquemos melatonina, que es la hormona que nos hace dormir».

Los trastornos que provoca la falta de sueño no son pocos «problemas de concentración, de memoria, dificultades en el aprendizaje, somnolencia, irritabilidad... incluso recientes estudios relacionan la privación de sueño con la diabetes y las enfermedades cardiovasculares».

Pero si en los más jóvenes el insomnio tecnológico está empezando a ser un problema, en el

caso de los adultos va camino de entrar en los manuales médicos como un nuevo trastorno del sueño. «Actualmente las tecnologías están presentes en casi todos los casos de insomnio que tratamos en la unidad, el patrón siempre es el mismo.

«Personas que se van a dormir y no apagan el móvil. A lo mejor llega la una de la mañana y están mirando el email, chateando o en la red social. Luego apagan la luz y se quieren dormir, pero es imposible, porque el cuerpo se tiene que ir preparando poco a poco para el sueño». Un hábito que es difícil abandonar.

«Cuesta mucho concienciarles de que el móvil o la Tablet están provocando que no duerman. Te llegan a decir que la luz les relaja»

Molini Nina

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